Darío Alessandro. Embajador de Argentina en el Perú. Sociólogo por la Universidad de Buenos Aires.
Por Martin Gallardo Garrath
La disputa entre Argentina y los fondos especuladores ha impactado negativamente a la economía del país gaucho. Pero para el embajador Darío Alessandro la situación todavía es manejable y todo sería mucho peor si su gobierno hubiese cedido ante los pedidos de los holdouts. El diplomático se mostró firme y optimista.
¿Cómo nace la controversia con los fondos especuladores?
Nace con el fallo del juez Thomas Griesa. Esta es una decisión que no es de esperarse de un juez que tiene que atender una situación tan compleja como esta. Aquí se está privilegiando al 1% en contraposición del 93% que sí aceptó la reestructuración de la deuda. El juez evidencia un gran desconocimiento de la realidad financiera y su decisión podría acarrear consecuencias nefastas no solo para Argentina, sino también para el sistema financiero global y el sistema de reestructuración de deudas.
¿Qué sucedería en caso se aplique el fallo del juez Griesa?
La aplicación de este fallo generaría que los fondos buitres extorsionen a Argentina. Ellos compraron bonos por menos de 50 millones de dólares cuando Argentina estaba en default y necesitaba reestructurar su deuda soberana. Si se aplica, ellos estarían ganando 1.600% más en intereses. Esta es una cifra inaudita que perjudica notoriamente a toda una nación.
¿Cree que la decisión del ex presidente Néstor Kirchner respecto a la reestructuración de su deuda externa fue correcta?
La reestructuración fue necesaria y adecuada. Cuando Néstor Kirchner se vuelve presidente, Argentina tenía una deuda soberana equivalente al 160% del PBI del país. Él tomó la presidencia con el default ya declarado e hizo que el país resurja. Acordó con el 93% de los bonistas privados la reestructuración y todos salieron beneficiados.
¿Por qué las reestructuraciones de los años 2005 y 2010 no tuvieron el mismo resultado?
Básicamente por la actitud que tuvieron los holdouts. La motivación de los fondos buitres es aprovecharse de las crisis que afrontan los países. La economía de un Estado debe ser próspera para que este tenga recursos suficientes y pueda saldar sus deudas. Creo que la primera reestructuración fue muy exitosa. Desgraciadamente, en la segunda aparecieron los especuladores que buscaban aprovecharse de esta situación. Aun así nuestra presidenta dijo públicamente que Argentina está dispuesta a seguir negociando y cumplirá como siempre lo ha hecho.
¿Qué opinión le merece la actitud de los holdouts? ¿Se están aprovechando de la cláusula RUFO?
Yo creo que no deberían existir. Este grupo de “inversores” que compran bonos en default y pretenden obtener el máximo beneficio. Justamente es la cláusula RUFO la que impide que Argentina pague lo que los especuladores ambicionan. Esta cláusula supone que si se mejoran las condiciones para algunos, se deben aplicar las mismas prerrogativas para todos. Esto generaría que la deuda se incremente de US$ 1.300 millones a más de US$ 150.000 millones.
¿Considera que su gobierno está manejando el tema con cautela y no de manera populista?
El gobierno argentino está obrando con total diligencia. Actualmente tenemos los US$ 1.300 millones disponibles para pagar, pero esto les generaría un gran problema a los futuros gobiernos. Todos los bonistas podrían reclamar las mismas condiciones. Por el momento, Argentina ha pagado los US$ 539 millones que correspondían y seguirá pagando, pero no dejaremos que nos extorsionen.
Sin embargo, en los 13 últimos años han tenido dos defaults. ¿No cree que podría haber un manejo económico más responsable?
El default que realmente existió fue el que se declaró el año 2001. Fue durante el gobierno del presidente Rodríguez Saá, cuando se realizó un manejo económico muy equivocado y generó un endeudamiento que era impagable. Cuando llega Kirchner al gobierno hace una política totalmente contraria y es justamente esto lo que nos permite tener superávit externo y poder pagar la deuda. Solo hubo default en el año 2001, ya que no podíamos pagar.
¿Entonces qué hay ahora?
La situación actual es un caso sui géneris. Habrá que buscarle un término innovador. Default es cuando un país se declara en moratoria, declara ilegítima la deuda o no paga sus deudas. Argentina pagó sus obligaciones y las seguirá pagando. Nosotros depositamos lo que debíamos en el Banco de Nueva York, solo que el monto está retenido por la decisión del juez. No se puede afirmar que un país está en default cuando hace seis días le ha pagado al Club de París y está pagando sus deudas por sus casos al CIADI.
Las acreditadoras internacionales Standard & Poor’s y Fitch Ratings han declarado a Argentina en estado de default técnico.
Ellas no han declarado que hay un default. Ellas han calificado a la deuda en situación de default. Pero no son ellas las que deben definir cuándo un país está en estado de default. Ellas son simplemente calificadoras de riesgo, las cuales en los últimos años han cometido errores garrafales. Actualmente, están totalmente desacreditadas y no pueden ser tomadas como árbitros objetivos para medir la solvencia de un banco o de un país. Deberían ser los organismos de crédito multinacional los que tienen la última palabra.
¿Creen que las declaraciones de estas calificadoras afectarán a la economía argentina?
Los mercados financieros se alterarán durante un par de días más. Van a haber movimientos bruscos, pero no deberíamos manejarnos con los caprichos del mercado y más bien debemos tomar decisiones con miras al mediano plazo. El panorama actual no es lo más favorable para nuestra economía, pero sería mucho menos favorable si Argentina cede ante la extorsión de los fondos buitres y deja que se dispare la cláusula RUFO.
EXTRA
“Nosotros depositamos lo que debíamos en el banco de Nueva York, solo que el monto está retenido por la decisión del juez”.